sábado, 6 de junio de 2009

Prendes y Vallejos: el payador y el perseguido

Desde siempre el hospital de Reconquista fue coto de caza de algunos médicos: pacientes con cierto poder de pago enseguida se derivaban hacia el centro privado donde el facultativo tenía intereses económicos, invocando la necesidad de estudios con tecnología inexistente en el centro de salud estatal.

Cuando éste fue provisto de mejor equipamiento, se volvió habitual que los aparatos sufrieran "desperfectos", reales o no, que lo mantenían fuera de servicio por algunos días y los pacientes volvían a ser derivados a centros particulares.

También hubo otras "agachadas", como el caso del Dr. Hernán Gil, que percibió durante unos tres años sus haberes mensuales gozando de licencia como cirujano por problemas de salud; mientras, operaba en el Sanatorio Reconquista cobrando religiosamente por su tarea.

La creación de un Consejo de Administración, con representantes de sectores internos y de la comunidad, solucionó algunos problemas al acotar el poder de los médicos y establecer ciertos controles sobre sus actividades.

Lo que nunca se pudo lograr es que todos cumplieran con la carga horaria de trabajo contratada. Sigue siendo habitual que varios médicos no asistan en todo el día, o que solamente pasen por allí y controlen sus pacientes en media hora, o que acomoden cada día su asistencia según sus conveniencias personales o los requerimientos de su actividad privada.

El payador

Hasta un hombre que fue siempre crítico del funcionamiento hospitalario local, el Dr.Luis Prendes, cuando se lo consultaba sobre el cumplimiento horario de los médicos se volvía tan evasivo como los demás, y generalmente respondía que no convenía exigirles cumplimiento estricto de horarios porque sino podrían quitar su colaboración en horarios que no les correspondía. Es decir, "no voy a cumplir horario, llamame cuando me necesiten y si puedo voy".

Lamentablemente tuvimos que esperar el acceso de Prendes a una concejalía municipal para
advertir que en realidad su discurso va por un carril y por otro sus actos: se queja mucho, denuncia mucho, protesta mucho, pero no propone solución para nada. Es decir, pura cháchara y conflictos, nada productivo.

El perseguidoEn este marco el Ministerio de Salud obliga al Dr. Amadeo Enrique Vallejos, a cargo del Centro de Salud del barrio Itatí, a tomar licencia sin cobro de haberes bajo amenaza de cesantía. Las razones aducidas: incompatibilidad horaria con su cargo de concejal de Reconquista.

Hasta donde pudimos averiguar Vallejos cumplía con creces sus obligaciones en el barrio Itatí y por lo tanto nada justifica la intervención ministerial en sus otras actividades, legítimas y legales.

¿Por qué presumir que el Dr. Vallejos incumplía sus tareas dependientes del Ministerio de Salud, sólo porque es concejal? Nunca oímos decir a ninguna autoridad de salud que no cumpliera con su tarea, o que lo hiciera parcialmente.

Más aún, escuchamos a la titular de la Región de Salud Nodo Reconquista, Dra. Emma Ferrari, presumir que el Dr.Vallejos no podía cumplir con 8 horas diarias de trabajo y además ser concejal, atender su consultorio particular, descansar, alimentarse, etc. O sea, pura presunción, porque bien podría el Dr.Vallejos haberle quitado horas a su consultorio privado, a su descanso y, aún, al cumplimiento de sus deberes como concejal.

Pero ésto no es de competencia del ministerial. Si el Dr. Vallejos cumple con su trabajo en el Centro de Salud, nada autoriza a las autoridades sanitarias a "apretarlo" por el presunto incumplimiento de otras tareas.

Por si algo faltaba para poner las cosas en blanco, los mismos vecinos del barrio Itatí iniciaron una protesta con corte de ruta reclamando la reincorporación de Vallejos, la que ya lleva varios días y amenaza profundizarse si no se solucione el problema.

La única explicación posible a este hecho es la que proporcionó el mismo Vallejos: "persecución política".

Vallejos es concejal por el Frente para la Victoria, Prendes lo es por el oficialista Frente Progresista Cívico y Social. Palos para Vallejos, nada para Prendes.

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